
Me llamaron la atención dos noticias recientes que si bien pueden parecer frívolas, en realidad son de un alto contenido filosófico y moral ya que se refieren a la paradoja del ser humano y de la interminable docotomia que embarga su vida. Dos noticias que muestran como se puede vivir con un pie en el pasado y otro en el futuro.
Nos referimos a las recientes declaraciones de Guillermo Coria. Por un lado, todavía tiene necesidad de explicar lo que paso en aquella recordada final del Roland Garros que perdiera con Gaston Gaudio. Es como si todavía tuviera necesidad de auto-castigarse y convencerse a si mismo de que tal vez fueron otros los demonios, y no los propios, a los que hay que culpar.
Por otra parte, su decidida vista al futuro: su decisión de dedicarse a entrenar a juveniles, y volver a través de ellos a vivir la emoción de los grandes torneos. Dice que tendrá por el momento dos pupilos: el rosarino Renzo Olivo y a Federico Coria. Asegura que pueden aprender mucho de él tanto de sus errores como de sus aciertos. Creo que es así.
Coria ha tenido mucha experiencia, ha vivido la gloria y la desgracia, ha luchado contra su carácter y contra sus demonios. Algunas veces gano, otras no. Y es precisamente por eso que puede ayudar a los mas jóvenes, tal vez no a evitar que cometan errores similares (la experiencia es intransferible) pero si a desarrollar una actitud frente a los problemas.
Pero lo primero, Guillermo, a enterrar los fantasmas.
Suerte
Nos referimos a las recientes declaraciones de Guillermo Coria. Por un lado, todavía tiene necesidad de explicar lo que paso en aquella recordada final del Roland Garros que perdiera con Gaston Gaudio. Es como si todavía tuviera necesidad de auto-castigarse y convencerse a si mismo de que tal vez fueron otros los demonios, y no los propios, a los que hay que culpar.
Por otra parte, su decidida vista al futuro: su decisión de dedicarse a entrenar a juveniles, y volver a través de ellos a vivir la emoción de los grandes torneos. Dice que tendrá por el momento dos pupilos: el rosarino Renzo Olivo y a Federico Coria. Asegura que pueden aprender mucho de él tanto de sus errores como de sus aciertos. Creo que es así.
Coria ha tenido mucha experiencia, ha vivido la gloria y la desgracia, ha luchado contra su carácter y contra sus demonios. Algunas veces gano, otras no. Y es precisamente por eso que puede ayudar a los mas jóvenes, tal vez no a evitar que cometan errores similares (la experiencia es intransferible) pero si a desarrollar una actitud frente a los problemas.
Pero lo primero, Guillermo, a enterrar los fantasmas.
Suerte